También llamado tiña pedis, el pie de atleta es una condición muy molesta. Se trata de una infección fúngica, que empieza comúnmente entre los dedos de los pies. Esto pasa mayormente en aquellas personas que utilizan calzado ajustado y sufren de excesiva transpiración en sus pies. El pie de atleta provoca un sarpullido con picazón y escamas. Es una afección contagiosa, se trasmite a través de toallas contaminadas, ropas y el piso.
Se relaciona con infecciones fúngicas como la tiña inguinal y la tiña común. Se trata con medicinas antimicóticas. Pero, por lo general, la infección vuelve a aparecer. Suele ser muy molesta, ya que la picazón es intensa y si rascas, produce algo de ardor, que resulta desagradable. Hoy vamos a hablarte del pie de atleta y cómo eliminarlo ¡No te pierdas esta interesante información!
Pie de atleta ¿Qué es?
Se trata de una infección fúngica que es producida por presencia de hongos. Esta infección aparece entre los dedos de los pies. Viene acompañada de síntomas molestos, tales como piel escamosa y quebradiza, ardor entre los dedos y picazón intensa. Aparece normalmente en personas que sudan los pies excesivamente y usan zapatos cerrados. Pero también se puede adquirir al usar calcetines de alguien contagiado. Así como en superficies húmedas como piscinas, vestidores o duchas.
Cómo prevenir el pie de atleta
- Usar siempre calcetines limpios.
- Mantener limpios, frescos y secos, los pies todo el tiempo.
- Evitar caminar descalzo en áreas comunes y públicas.
- No permanecer descalzo en piscinas, duchas y vestidores.
Síntomas del pie de atleta
Esta afección se puede presentar tanto en un solo pie, como en ambos. Sus síntomas son los siguientes:
- Picazón que empeora cuando te quitas los calcetines y zapatos.
- La piel se ve escamosa y agrietada en medio de los dedos.
- Escozor y ardor constante.
- De acuerdo al color de tu piel, esta puede verse grisácea, violácea o rojiza entre los dedos.
- Inflamación en la piel de la zona.
- La piel puede ponerse escamosa y reseca en la parte inferior del pie y extenderse hasta el costado.
Causas del pie de atleta
El pie de atleta es causado por el hongo que también causa la tiña común y la inguinal. La humedad, los calcetines sucios, usar zapatos apretados. Así como las condiciones cálidas son causantes de la aparición del pie de atleta ya que contribuyen a la reproducción de estos organismos.
El pie de atleta se contagia. Se propaga con el contacto con alguien infectado. También si tienes contacto con superficies contaminadas. Tales como pisos húmedos, calzados, calcetines o toallas contaminadas. Igualmente puedes llevar el hongo de los pies a otra parte del cuerpo. Esto sucede cuando rascas el pie de atleta y luego tocas otra parte de tu cuerpo, sin desinfectar tus manos.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
Existen factores que pueden aumentar la posibilidad de contraer el hongo que provoca el pie de atleta. Esos son los siguientes.
- Tener sudoración excesiva.
- Uso de calzado cerrado frecuentemente.
- No proteges tus pies con chancletas al caminar por saunas, vestidores, duchas, piscinas públicas, etc.
- Usas las mismas toallas, alfombras, sabanas, ropa y zapatos que utiliza otra persona infectada.
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¿Qué complicaciones puede ocasionar el pie de atleta?
El pie de atleta debe tratarse con cuidado para que no traiga complicaciones. Este puede instalarse en otras partes del cuerpo húmedas y cálidas. Esta infección es producida por el mismo hongo que causa la tiña inguinal. Por lo que la infección puede trasladarse a la ingle. Al rascarte y no desinfectar tus manos o usar la misma toalla para secar todo el cuerpo, la infección puede trasladarse de los pies a la ingle. El pie de atleta puede en ocasiones causar infecciones bacterianas.
Cómo cuidar los pies para evitar el contagio
- No mantengas los pies todo el tiempo en calzado cerrado. Permite que aireen utilizando sandalias en ocasiones.
- Lava tus pies frecuentemente, debes usar jabón, lávalos con agua tibia, enjuaga muy bien y seca completamente.
- Si tus pies sudan mucho, utiliza polvo medicinal, para evitar la sudoración.
- No utilices los calcetines por más de un día. Prefiere calcetines de algodón, ya que estos absorben más la humedad que los de nylon.
- Cambia tu calzado cada día, no uses los mismos a diario. Esto permite que los zapatos puedan secarse bien antes de que vuelvas a utilizarlos.
- No permanezcas descalzo en lugares públicos como duchas, vestidores, piscinas, etc.
- No compartas la ropa, calcetines, toallas con otras personas.
Diagnóstico del pie de atleta
Para que el médico diagnostique el pie de atleta, muchas veces basta con examinar el pie de la persona. En algunos casos el pie de atleta tiene un aspecto de dermatitis o piel reseca. Puede también hacerse la toma de una muestra y enviarla al laboratorio, para confirmar el diagnóstico.
Tratamiento del pie de atleta
Si luego de seguir las recomendaciones y usar productos antimicóticos de venta sin prescripción, el pie de atleta no cede debes acudir al médico. Este revisará y te recetará algún ungüento o crema como clotrimazol, econazol, ciclopirox o algún similar con una concentración parecida. Si la infección fuese mas grave. El médico podría indicar una receta médica con un fármaco antimicótico como lamisil o itraconazol. También podría recetar un medicamento oral, en combinación con el medicamento tópico.
Remedios caseros para eliminar el pie de atleta
- Ajo: Es efectivo para eliminar hongos y bacterias. El extracto de ajo o la crema obtenida de su trituración, puede curar el pie de atleta. Tritura 3 dientes de ajo, colócalos en un recipiente con agua tibia y por 30 minutos remoja los pies, dos veces diarias.
- Bicarbonato de sodio: Este ingrediente tiene propiedades antifúngicas. Para su uso debes mezclar un ¼ de taza de bicarbonato en medio cubo de agua tibia. Remoja los pies por 30 minutos, 2 veces cada día. Asegúrate de secar muy bien los pies al terminar.
- Aceite de árbol de té: Sus propiedades antifúngicas y antibacterianas ayuda a eliminar los hongos. Debe usarse con precaución porque puede causar irritaciones en la piel. Su modo de uso es diluirlo en aceite de oliva o coco, una cucharada, colocar 5 gotas y frotar el área afectada una vez al día.