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Se ha comprobado que la alimentación no sigue unas reglas establecidas para ser efectiva. Actualmente no es necesario tomar 5 comidas diarias ni dejar de comer para proporcionar una nutrición adecuada. Sin embargo, las diferentes técnicas o dietas que pueden aplicarse, deben ser acordes a las condiciones y necesidades de cada persona. El ayuno intermitente puede ser una alternativa muy beneficiosa si buscas perder peso o mejorar algunas enfermedades.
El ayuno intermitente se ha convertido en un método de alimentación muy popular en los últimos tiempos. Hablamos de una técnica muy efectiva a la hora de adelgazar. Pero además, el organismo puede obtener muchas otras ventajas de sus efectos. Si deseas aprender cómo abordar este tipo de alimentación y ayudarte a perder esos kilos de más, no dejes de leer este artículo. En él encontrarás todo lo necesario para comenzar con el ayuno intermitente.
¿Qué es el ayuno intermitente?
Ayunar significa no comer por un periodo de tiempo prolongado. El ayuno intermitente se trata de mantener un tiempo amplio sin ingesta entre una y otra comida, para obtener resultados efectivos. Este tipo de alimentación se establece por un rango de tiempos largo, donde por ejemplo se deja de comer por 12, 20 o 24 horas. Pudiendo consumir en este periodo, sustancias como agua, té o café.
Durante la aplicación del ayuno intermitente es posible comer cualquier tipo de alimentos. Sin embargo, siempre lo más recomendable será llevar una alimentación balanceada. El objetivo de su ejecución, es llevar al cuerpo a un estado de cetosis. Es decir, al presentar una necesidad de glucosa para obtener energía, el organismo comenzará a quemar las grasas.
¿Cuáles son los beneficios del ayuno intermitente?
El ayuno intermitente ofrece al cuerpo una gran cantidad de beneficios:
- Minimiza la posibilidad de padecer enfermedades coronarias o diabetes tipo 2.
- Mejora la sensibilidad a la insulina.
- Ayuda a que la presión sanguínea se mantenga estabilizada.
- Reduce la cantidad de grasa, principalmente en personas que tienen tejido adiposo excesivo.
- Lleva a que la microbiota intestinal se encuentre más saludable.
- Disminuye el estrés oxidativo.
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¿A quién se recomienda el ayuno intermitente?
El ayuno intermitente es muy recomendado para aliviar patologías inflamatorias. Por lo general, los pacientes a quienes más se aconseja seguir este método alimenticio, son aquellos que presentan:
- Asma.
- Artritis.
- Cáncer.
- Alzheimer
- Esclerosis múltiple.
- Accidente cerebrovascular.
¿Cómo ayuda el ayuno intermitente a adelgazar?
Como se ha mencionado anteriormente, el ayuno intermitente consigue modificar el metabolismo. Cuando el cuerpo requiere energía que no se le ofrece por medio de alimentos, comenzará a tomarla de las grasas depositadas. Consiguiendo entonces una reducción de peso considerable.
Esta técnica se recomienda cuando el individuo lleva una dieta saludable y practica ejercicios de manera regular, pero no consigue bajar de peso. Este método de alimentación puede ser muy efectivo para eliminar esas acumulaciones de grasa que no pueden erradicarse de ninguna otra forma. Pero antes de llevarlo a cabo, se aconseja:
- Eliminar el consumo de azúcar e hidratos de carbono en exceso.
- Consumir alimentos esenciales para el buen funcionamiento del cuerpo. Dejando de lado aquellos que tienden a subir el peso.
- Realizar una limpieza de hongo cándida.
- Descartar que el problema de peso se deba a una alteración de la tiroides. De ser así, deberá controlarse con un especialista.
Técnicas de ayuno intermitente para perder peso
Los métodos más utilizados para realizar el ayuno intermitente son:
Ayuno 12 horas
Para ejecutarlo, la persona deberá escoger un momento del día en el que dejará de consumir alimentos por 12 horas. Es el método más recomendado para quienes se encuentran iniciando en este tipo de alimentación.
Por lo general, se realiza en las noches, donde el periodo de sueño ayudará a que el tiempo de ayuna sea tolerable. De esta manera, una persona que realiza su última comida a las 7 de la noche, no volverá a comer nada hasta las 7 de la mañana.
Ayunar 5×2
Se trata de llevar una dieta saludable durante 5 días de la semana. Luego minimizar el consumo de calorías por 2 días. En este par de días se recomienda solo ingerir entre 500 y 600 calorías. También se aconseja que se deje un día de por medio entre los ayunos.
Ayuno 24 horas
Se trata de dejar de ingerir alimentos por 24 horas consecutivas. Se recomienda realizar esta técnica solo una o dos veces a la semana. El individuo tendrá la libertad de elegir la hora en la que comenzará el ayuno.
Para conseguir este propósito se recomienda beber mucha agua para evitar una deshidratación. El café y el té en pocas cantidades y sin azúcar, también podrán consumirse.
Este tipo de ayuno debe tomarse con calma, pues el cuerpo puede presentar fatiga, dolor de cabeza e irritabilidad durante el tiempo sin comer. Estos síntomas serán menores una vez el cuerpo se adapte, lo cual puede llevar de 4 a 6 semanas.
Ayuno alterno
Esta modalidad de ayuno intermitente consiste en dejar de consumir alimentos cada dos días. Existen dos formas de abordarlo: dejando de comer todo el día del ayuno o ingiriendo únicamente 500 calorías al día.
En los días donde no se mantiene el ayuno, se puede comer con la frecuencia que se desee. No obstante, se recomienda llevar una dieta equilibrada.
Esta es una de las formas más difíciles de abordar el ayuno intermitente y de mantener a largo plazo. Por lo que no es el método más recomendado para aquellos que pretenden iniciar.
Ayuno 20 horas
La también conocida como la dieta del guerrero, se trata de comer en pocas cantidades por un lapso de 20 horas. Lo que se ingiere habitualmente en esta alimentación son pequeñas porciones de fruta o vegetales. Pasado este tiempo, se permite durante la noche realizar una comida grande. La cual debe estar compuesta por alimentos saludables, ricos en proteínas, vitaminas, minerales, grasas saludables y algún carbohidrato.
Es un tipo de alimentación que debe llevarse controlada por un especialista. Pues al ejecutarla sin supervisión, se corre el riesgo de no consumir suficientes nutrientes como la fibra. Aumentando las posibilidades de desarrollar problemas digestivos o inmunológicos.